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La flexibilidad y la mirada de género en la vivienda

“La flexibilidad y la mirada de género en la vivienda comportan una planificación más equitativa del espacio, que desdibuje los roles de privilegio, colectivice y haga visibles las tareas domésticas y que posibilite la transformación de los espacios según las necesidades de la unidad de convivencia en cada momento.”

 

La vivienda es uno de los pilares fundamentales cuando hablamos de inclusión social, ya que nos posibilita el mantenimiento de la vida y los cuidados de personas; y a la vez, impacta directamente en derechos esenciales como la educación, el trabajo, la salud o la participación política i social. Como la sociedad, las culturas y las comunidades; la manera de pensar la vivienda debe encontrarse en constante cambio y evolución para responder a las realidades contemporáneas.

 

La manera en como la vivienda ha estado ideada es fruto de una realidad sociocultural que ha impedido que esta sea neutra. Ha estado tradicionalmente marcada por las estructuras de poder vigentes que han perpetuado relaciones de privilegio entre las personas habitantes de un mismo hogar. La inamovible conceptualización de la vivienda esculpida por la familia heteronormativa con descendencia, donde la naturaleza del espacio marca situaciones de desequilibrio que desencadenan en usos jerárquicos; dificulta el uso de la vivienda para nuevos modelos familiares, nuevas maneras de covivienda y su evolución.

Dormitorios principales sobredimensionados respecto al resto y con mejores condiciones, baños en suite limitados a los usuarios de la habitación principal, espacios de cocina y lavandería aislados que perpetúan la invisibilización de dichas tareas para habitantes pasivos, estancias destinadas a otras tareas domésticas dimensionadas para una sola persona; la tendencia a individualizar, a través del espacio, actividades que han estado tradicionalmente colectivas, entre otras, son rasgos característicos de viviendas jerarquizadas.

 

Viviendas flexibles y con mirada de género

La flexibilidad en la vivienda es un planteamiento que quiere romper con el inmovilismo que, aún hoy, forma parte de la gran mayoría del parque residencial existente. Por tanto, la flexibilidad comporta una planificación más equitativa del espacio, que desdibuje los roles de privilegio, colectivice y haga visibles las tareas domésticas y que posibilite la transformación de los espacios según las necesidades de la unidad de convivencia en cada momento. Podemos decir, entonces, que para obtener un hogar flexible, este debe poder ser modificable físicamente para que ofrezca configuraciones diferentes, dependiendo de las necesidades de cada grupo de convivencia. Si en esta conceptualización añadimos la mirada de género, podremos detectar que este desequilibrio de privilegio en el uso de la vivienda, está también claramente marcado por el sexo de la persona usuaria, haciendo evidentes jerarquías atribuidas socialmente a hombres y mujeres dentro de la familia nuclear tradicional.

 

Si desde la fase de diseño de las viviendas tenemos en cuenta la búsqueda de la flexibilidad y la mirada de género, nos encontramos con dos mínimos a aplicar: la máxima polivalencia de los espacios de la vivienda – evitando así la singularización y compartimentación de los espacios – y la visibilización de todas las áreas donde se llevan a cabo tareas domésticas, con el objetivo de que todas las personas usuarias de la vivienda, participen de estas labores. Para entender cómo se introducen estos dos conceptos – y todos los que surgen consecutivamente – en el diseño de una vivienda, describiremos las características de los diferentes tipos de espacio y analizaremos como se aplican en tres pisos de Girona 009.

 

Análisis de la flexibilidad de las viviendas de Girona 009

Dormitorios

Cuando se define la capacidad dimensional de una vivienda, uno de los factores cuantitativos más utilizados tradicionalmente, es el número de dormitorios que esta ofrece, sea cual sea su superficie. Bajo esta conceptualización, como más dormitorios tenga una vivienda, más capacidad tendrá. Podríamos decir que la combinación de esta concepción y la exacerbada carrera para obtener mejores réditos económicos en el mercado inmobiliario, puede significar un punto de fallo para obtener viviendas flexibles.

 

Si el valor de la vivienda aumenta con el número de dormitorios, la planificación, sin una lógica de apropiación flexible de los espacios, buscará la mayor cifra de estancias, ignorando la equidad entre estas. Como resultado, nos encontramos con viviendas donde las superficies de los dormitorios varían muchísimo entre ellos, donde una de las habitaciones – la mal nombrada principal – es mucho más grande que el resto y es la única que cumple con la superficie recomendada de aproximadamente 10 m², para que sea flexible y permita la variedad de usos y amueblamientos. Esto da como resultado viviendas claramente jerarquizadas, ya que las personas a las cuales se le adjudica el dormitorio más grande, lograrán una posición de privilegio respecto a las otras.

Por lo tanto, para conseguir una vivienda con una planificación flexible y desjerarquizada, se ha de procurar que todas las estancias tengan unas superficies tan parecidas como sea posible, que como mínimo tengan una superficie de 10 m²y unas condiciones (iluminación, orientación, ventilación, instalación, recursos, etc.) equitativas.

 

La flexibilidad y la mirada de género en la vivienda en Girona 009

 

Sala / comedor /cocina

La sala principal de una vivienda es la zona en la que confluyen una variedad muy rica de actividades, desde el descanso, el ocio, las labores domésticas, hasta las profesionales, entre otras. También, entre la cocina y el comedor se llevan a cabo actividades que completan el eje de la alimentación y estas requieren el espacio más especializado de toda la vivienda. El hecho de que haya comunicación física entre la cocina y la sala/comedor, da visibilidad a las labores que se ejecutan en la cocina, no excluye a la persona que las lleva a cabo y facilita la participación de las otras.

 

Hasta hace muy poco, las viviendas de obra nueva han tenido la cocina y la sala separadas, aislando, de esta manera, las tareas desarrolladas en la cocina. La cocina de la arquitectura moderna, que nace en la segunda década del siglo XX con la mecanización de las labores domésticas, reduce el espacio, aproxima los electrodomésticos y minimiza las dimensiones de almacenaje para que una sola persona sea capaz de llegar a cualquier punto sin tener que desplazarse. Para dirigirnos hacia una relación flexible con el espacio de la cocina, tendríamos que dejar de pensarlo atropocéntricamente y hacerlo poniendo el propio trabajo que se realiza en el centro. Debemos pensar en el acto de cocinar como algo que aglutina un grupo de personas y, de esta manera, diseñaremos este espacio para que quepan todas.

 

De igual modo que hacemos visible el eje de la alimentación, en la sala/cocina/comedor puede suceder simultáneamente parte del eje de la ropa. Si pensemos en la gran mayoría de viviendas del parque inmobiliario de segunda mano y buena parte de los de obra nueva, las tareas inherentes a la lavandería suceden en espacios muy reducidos donde sólo cabe una persona. Debemos huir de este planteamiento y buscar, a través del espacio, un proceso que visibilice y haga posible este cometido para todas las personas que habitan en un mismo hogar. Un espacio lo suficiente ancho para que esta ocupación se pueda repartir y que ninguno de sus pasos esté localizado en un espacio cerrado e individualizado.

La flexibilidad y la mirada de género en la vivienda en Girona 009

 

Baños

La distribución de los baños del hogar también puede marcar relaciones jerarquizadas entre las personas habitantes, un claro ejemplo de esto son los baños en suite limitados a las personas que ocupan el dormitorio en el que se ubican. A parte de esto, para flexibilizar su uso, las dimensiones de los baños han de permitir la presencia de más de una persona para favorecer la repartición del trabajo de los cuidados.

 

La flexibilidad y la mirada de género en la vivienda en Girona 009

Balcones/Terrazas

Los balcones y las terrazas han estado totalmente resignificadas durante el confinamiento provocado por la pandemia de la COVID-19. La importancia que se les ha atribuido ha aumentado de una manera totalmente exponencial, todo y que desde la mirada flexible de la planificación de vivienda, ja se entendía que estos espacios entre la vida pública y la privada potencian la socialización del grupo de convivencia y facilitan la regulación térmica de la vivienda. El confinamiento lo ha hecho, simplemente, evidente. Como son espacios con unas características de indeterminación funcional, favorecen la ocupación flexible, ya que las actividades que se pueden desarrollar son múltiples. La superficie mínima de estos espacios debería contar con al menos 1,5 m² para que asegure un uso confortable para más de una persona..

 

La flexibilidad y la mirada de género en la vivienda en Girona 009

 

En definitiva, el diseño de espacios debe tener la voluntad de hacer un análisis de las necesidades de la sociedad cambiante. Entrar primero en un marco más teórico para después poder aplicar de una manera real y física todas las recomendaciones que la comunidad académica y algunas voces de la industria han estado trabajando respecto a las realidades y cambios sociales. Pero sobre todo, lo más importante es perseguir el propósito real de querer ofrecer viviendas resilientes, que estén preparadas para el cambio; es decir, que sean flexibles, que potencien la colectividad y a la vez la individualidad de una manera igualitaria de todas les personas que habitan bajo un mismo techo. Una misma vivienda pasará por muchas etapas de una o más familias y ha de estar preparada para adaptarse a todos los usos posibles que sean necesarios en cada momento, sólo de esta manera conseguiremos que su obsolescencia sea inferior.

 

Desde Omplim creemos que la sostenibilidad se debe trabajar de manera holística, analizando todo aquello que puede hacer que un hogar sea más resiliente. Hay tantas oportunidades para ofrecer una vivienda sostenible como decisiones para tomar en su desarrollo; desde el planteamiento de la distribución de espacios, pasando por la elección de los materiales, hasta la manera de entregárselo a les personas que harán de esta su hogar.

 

 

Referències

Brooks, 2020. Housing after coronavirus should feature bigger spaces and more balconies. Dezeen Magazine.

https://www.dezeen.com/2020/05/19/alison-brooks-housing-coronavirus-balconies/

 

Amann y Alcocer, 2005. El espacio doméstico: la mujer y la casa. Escuela Técnica Superior de Arquitectura. Universidad Politécnica de Madrid.

 

Falgán et al, 2019. Flexibilidad e igualdad de género en la vivienda. Qüestions d’habitatge, Número 22. Departamento de Comunicación del Instituto Municipal de la Vivienda y Rehabilitación de Barcelona. https://www.habitatge.barcelona/sites/default/files/qh22-es-es_web_0.pdf

Novas, 2019. Arquitectura y género: una introducción posible.

 

Schneider & J. Till, 2005. Flexible housing: opportunities and limits. Architectural Research Quarterly , Volume 9 , Issue 2.